Creada entre 1797 y 1798, el Aquelarre de Francisco de Goya es una evocación al miedo y el prejuicio de la superstición que duró desde el medievo hasta más allá de los años del propio pintor. Es también una sátira, una burla a cómo el imaginario popular pensaba en las brujas.
Dando un vistazo a la obra, encontramos un grupo de brujas reunidas bajo la luz de la luna, rodeando a un macho cabrío —diablo—, la muerte no se ausenta en esta escenografía y el cielo, lo encontramos nublado y animales nocturnos volando en él. El horizonte se pierde tras las colinas al fondo.
Para poner al tanto a quien no lo sepa, un Aquelarre era el nombre que se le daba a grupos de brujas que —supuestamente— se reunían en ciertas noches a invocar al Demonio y otros entes... LEER MÁS
Su nombre completo era Michelangelo Merisi Da Caravaggio y fue posiblemente, el artista más grande de todos los tiempos... Leer más