Nos reencontramos en este espacio y con otro libro que ha saltado a mis manos. Esta vez ha sido ligero y con pocas páginas, por lo que espero que esta redacción no le supere en cuanto a palabras, porque su autor, Augusto que nació en Honduras, creció en la tierra de su padre, Guatemala y tras varias guerras políticas se exilió en México fue un escritor de fabulas y cuentos breves que decidió que las leyes de la literatura podrían ser reventadas como pompas de jabón para así crear mundos brillantes y efímeros.
Este libro que reseño, es de Alianza Editorial y es una versión de bolsillo muy bonita:
augusto (oveja negra)
monte (sobre un…)
rosso (…pedestal)
la oveja negra y demás fábulas (siete ovejas blancas que no saben a dónde ir)
(quince libros donde descansa el nombre de la editorial)
Ya descrita sustancialmente la apariencia externa del libro, vamos al índice. Primero hay un agradecimiento muy curioso: Augusto agradece al personal del Zoológico de Chapultepec que le permitió ingresar a las jaulas de los animales para observar su comportamiento y una frase de K’nyo Mobutu la cual dice así:
“Los animales se parecen tanto al hombre que a veces es imposible distinguirlos de este”
Por lo cual, con esa pequeña introducción y sabiendo que Monterroso se mueve en el mundo de la fábula, entenderemos que aquí se narraran historias de animales humanizados. Ahora mi duda critica era escoger que historia reseñar para Nanacinder. Resulta que este pequeño libro de bolsillo con 106 paginas contiene 39 fabulas (Ninguna supera el folio) por lo que decidí que leería los cuentos de forma aleatoria en voz alta a mi amada durante 39 noches y me quedaría con el primero que ella recordara en la cuadragésima noche: La Fe y las montañas.
Curiosamente este cuento no tiene un animal de protagonista, pero más curioso aun es que la Fe (Virtud teologal del cristianismo que consiste en creer en la palabra de Dios y en la doctrina de la Iglesia) es quien tiene un conflicto por lo tanto es la protagonista. El conflicto es que antes la Fe era estricta y su fuerza movía montañas. Luego la Fe se divulgó en todo el mundo: la gente se divertía teniendo Fe y moviendo montañas pero luego, la constante movilidad de las montañas comenzó a dar problemas (como derrumbes en las carreteras con victimas fatales) por lo que la buena gente prefirió abandonar la Fe, por eso, cuando ocurre algún accidente por las montañas en movimiento, es porque alguien tuvo un atisbo de Fe.
Augusto tiene este, otros 38 cuentos asi de irónicos y muchos otros más (En esta recopilación no esta su famoso El dinosaurio) que pueden pasar desapercibidos si lo lees con la mínima atención. Ya que al final, es una fábula. Algo infantil y breve. Mi amada, estaba esperando el autobús en la parada. Miraba por encima de los edificios sin poner atención en la avenida (como suele pasar) y vio las montañas. Me dijo que por eso recordó esa fabula, y si tengo un poco de fe y estas montañas se mueven, pero justo cuando empezó a tener fe, llego su autobús. Supongo que ahora la Fe puede mover también autobuses, son otros tiempos.
Ya para terminar, tengo una autocrítica. Al inicio de la reseña había escrito que no quería superar el numero de palabras del cuento original. La Fe y las montañas esta compuesto de 125 palabras. Hasta aquí, he escrito 583 palabras y solo el párrafo donde comento exclusivamente la fábula, tiene 130 palabras, por lo cual, si esto fuera una competencia de palabras hubiese perdido ante mi viejo amigo, la oveja negra de la narrativa.
Ya que me he excedido, voy a terminar de excederme. El libro termina con un caprichoso e innecesario índice onomástico y geográfico que pasa desapercibido porque honestamente, reúne muchísimas palabras que están en los cuentos: abeja, Alpes, araña, boa, caballo, Chapultepec (9), Fe, Gallina… y así con un numero que señala en que pagina esta. Chapultepec esta en la 9, por ejemplo, correspondiéndose al agradecimiento. Sin más, pero Augusto… Ay Augusto… nos juega una broma desde que abrimos el libro y no nos enteramos si no ponemos el ojo irónico en esas ultimas hojas del libro. Probablemente la frase que abre el libro, la de K’nyo Mobutu nos resulta tan explicativa para lo que esperamos de las fabulas que estamos a punto de leer… Animales y humanos, y pasamos por alto quien es ese tal K’nyo, Sera un autor africano, me dije a mi mismo, asumiendo la inmensa cultura que poseía Augusto en su arsenal de libros leídos pero… en ese innecesario índice onomástico y geográfico que parece estar de más, por su puesto tiene un guiño, Mobutu K’nyo aparece en la pagina 11 (justamente la única pagina del libro que no esta enumerada, como suele suceder en las paginas donde se colocan las citas) y pone luego de su nombre entre paréntesis: antropófago. Queridos lectores, Augusto ha escrito una fabula irónica, absurda e impresionante con 20 palabras separadas por un mar de 39 fabulas y 100 paginas. La frasesilla tontorrona y explicativa de “Los animales se parecen tanto al hombre que a veces es imposible distinguirlos de este” fue escrita por un caníbal.
Espero que estas 884 palabras que escribí sean suficientes para invitarles a leer a Monterroso. El le hubieran bastado muchas menos.
Hasta una próxima queridos lectores de Nanacinder.
Henry E. Tomé